Planexware: En 1992, dos socios crearon una plataforma de intercambio electrónico de documentación para empresas. Hoy, canalizan por mes 30 millones de documentos y le apuntan a la factura electrónica.

Las “oficinas sin papel” fueron una de esas predicciones empresariales que terminaron siendo quimeras: hoy todavía, en plena era digital, cuando a un trabajador le interesa mucho un archivo en especial, prefiere tenerlo impreso. Podría ser por herencia cultural, parte del ADN analógico que se resiste a morir.

Mucho antes de eso, en 1992, Carlos Pinto y Héctor Petrelli emprendieron el camino que los convertiría en pioneros del intercambio electrónico de documentación para empresas –particularmente, las del sector retail–, un servicio que salieron a ofrecer con la firma de la que son cofundadores: Planexware.

De hecho, hoy en día, su plataforma de Intercambio Electrónico de Datos (EDI por las siglas en inglés) permite a todo tipo de compañías compartir información de negocios con proveedores o clientes, como facturas electrónicas, órdenes de compra, reportes de inventario o notas de crédito. Está certificado bajo las normativas ISO 9001 e ISO 27001 (de seguridad de la información).

Los socios se habían conocido trabajando en Alpargatas y, cuando en 1986 les picó el bichito del negocio propio, empezaron por crear un software de administración del estilo “Tango” pero concebido especialmente para industriales. El programa permitía gestionar stocks con especificación de lotes y contenía un módulo de planeamiento para saber qué había que comprar en función de lo que ya se tenía, por ejemplo. “Luego hicimos una verticalización específicamente textil para ese producto”, recuerda Pinto.

Pero cuando el ministro de Economía Domingo Cavallo abrió las importaciones, Planexware fue una de las empresas que tambalearon. “Providencialmente, teníamos una conocida de General Motors que, en su segunda venida al país, quería instrumentar la vinculación electrónica con todos sus proveedores en Rosario”, cuenta Pinto. “Terminamos certificándoles –para poder usarla en Internet– una solución de VAS (Vinculación Electrónica Automotriz), a la que llamamos Effinet, y que GM adoptó internacionalmente”, añade.

En 1996 los emprendedores vieron que el intercambio electrónico de documentos comerciales era el futuro y que se imponía avanzar con el sector supermercadista. Entonces crearon Krikos, para vincular en la Web a los supermercados con sus proveedores. Arrancaron con Disco, Carrefour y Cencosud.

Pero IBM se contactó con Planexware porque quería “moverse por una red de valor agregado, que era parecida al punto a punto, pero privada. Y nos convocaron para ser sus representantes en esto”. Esta relación les abrió las puertas a grandes fabricantes del mundo del retail, como Nestlé, Unilever, Las Marías y Procter & Gamble. “Pronto empezamos a usar redes de comunicación con protocolos encriptados, muy seguros, con lo cual hasta el valor agregado quedó atrás”, se jacta Pinto. Ahora, Planexware tiene 1.300 clientes activos en el canal retail y unos 60 supermercados vinculados.

La firma siguió expandiendo a otras funciones el intercambio electrónico de documentos. Por ejemplo, en Buenos Aires y Santa Fe ofrece una solución que agiliza el registro de remitos electrónicos, por EDI. Toda la mercadería que circule por las calles y que supere cierto valor debe declararse ante ARBA (Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires) o API (Administración Provincial de Impuestos). “Los clientes nos dan los datos del remito, y hacemos la registración por vinculación automática”, indica Pinto. “Con esto, tenemos más de 200 clientes, para quienes procesamos 500.000 documentos por mes”.

Planexware desarrolló muchos más servicios, entre ellos uno relacionado con la publicación en la Web de facturas y documentos comerciales: “Cuentas en Red”. Mediante esta solución, la factura llega segundos después de ser emitida, directamente al receptor designado por el cliente. Así, canalizan por mes 30 millones de documentos, entre ellos, 2 millones de facturas electrónicas, que 200 emisores envían a 150 mil receptores.

Fuente: Ieco Clarín, 14-08-2016

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