Calidad total: Las compañías de origen japonés se caracterizan por rasgos como el trabajo en equipo y la mejora continua.
Con énfasis en la calidad, la mejora continua y el trabajo en equipo, el modelo de gestión de las empresas japonesas define la cultura organizacional de las firmas de ese país e inspira a otras que deciden incorporar algún elemento a sus procesos.
“Aunque el ‘furor’ por implementar métodos y herramientas del management japonés apareció en la década del 80 del siglo pasado, sigue vigente en la actualidad. Ejemplo de ello son las ‘5S’, una de las herramientas más sencillas para comenzar a incorporar esos conceptos. Se trata de cinco palabras que en japonés comienzan con la letra S: seleccionar, organizar, limpiar, estandarizar y disciplina”, describe Roberto Degiovannini, director general de AOTS Argentina Kenshu Center, una organización japonesa de cooperación económica internacional que promueve la colaboración técnica y el intercambio mediante programas de capacitación en Japón y otros países.
Para Diego Prado, director de Recursos Humanos de Toyota, la relevancia de este sistema de gestión es “su visión de largo plazo, más allá de las coyunturas; algo atípico y disruptivo en épocas tan cambiantes pero que nos demuestra que es la forma de ser exitoso”. Prado advierte que no se trata de una visión estática: “La empresa nunca se propuso ser la automotriz número uno, pero siempre se fijó la meta de introducir continuamente mejoras en sus productos y servicios para alcanzar la satisfacción del cliente y ser mejores que la competencia”.
El factor diferenciador de Toyota es, afirma Prado, “su cultura organizacional, que es muy fuerte y nutre todos los procesos de toma de decisiones. Los flujos de capital y la tecnología hoy se copian en todo el mundo; lo que no se puede imitar es el ADN de la empresa: los valores que alinean a los empleados detrás de un objetivo”.
El especialista de AOTS detalla algunos ejes del sistema de gestión japonés: “El trabajador es considerado el eslabón fundamental de la empresa. No se fomenta el individualismo, sino el trabajo en equipo. Los grupos analizan las diferentes operaciones y unen esfuerzos, dando sus opiniones sobre cambios o nuevas implementaciones que se quieran realizar dentro de la empresa”. Además, “se recurre a la rotación en el trabajo como uno de los medios para aumentar la motivación de los trabajadores y con ello mejorar su rendimiento y eficiencia; y la capacitación es constante”.
Marcelo Delbarba, CEO del grupo de marketing y comunicación Dentsu Aegis Network (DAN), de capitales japoneses –integra las marcas iProspect, Dentsu, Carat y Vizeum (compradas a una empresa inglesa)–, cuenta que actualmente tienen dos formatos: el japonés y el inglés: “En América Latina y en la Argentina buscamos una fórmula para combinar y adaptar lo mejor posible la filosofía y principios del grupo”, señala.
La cultura organizacional japonesa “promueve el trabajo en equipo, el uso de la tecnología y un alto compromiso a partir del servicio al cliente, lo que requiere cierta vocación y mucho entrenamiento”, dice Delbarba. “Tenemos que cuidar algo esencial del formato japonés: la buena innovación. Cada persona, a través de la creatividad, la tecnología y el trabajo en equipo, tiene que generar acciones que, además de para las marcas, generen un beneficio para la sociedad a través de la responsabilidad social empresaria”, amplía el directivo.
Del modelo japonés, Prado destaca el concepto de desafío y mejora continua llamado kaizen . “Implica cuestionar constantemente, a través de la creatividad, cómo podemos mejorar nuestras operaciones, procesos, servicios y productos; esta acción no se limita a un selecto grupo de iluminados, sino que debe hacerlo cada empleado, todos los días, en su puesto de trabajo”, resume.
“Tampoco se toman las decisiones o se resuelven los problemas desde el confort de un escritorio: por el contrario, se trata de estar involucrados, conversar, construir consensos y preguntarse por qué suceden las cosas para luego sí tomar las decisiones; son procesos que llevan un poco más de tiempo, pero permiten resolver los problemas desde la raíz”, expresa Prado.
Un factor clave es la calidad, “el concepto de TQM ( Total Quality Management )”, precisa el director de AOTS. “Todo debe ser gestionado con calidad. Las empresas utilizan una serie de técnicas de control de calidad para asegurarla y reducir al mínimo los desperdicios”.
“La calidad comienza con la producción, pero sigue en todos los estamentos de la empresa –añade Degiovannini–. Los mejores inspectores para el logro de la ‘no falla’ son los propios trabajadores, independientemente de su jerarquía. Es importante automatizar todos los procesos, pero esto no implica sustituir al operador humano por dispositivos, sino lograr una mejora en la calidad”.
FUENTE: Ieco Clarín, por Mariana Pernas. 03-04-2016